No menos importante de las cuatro grandes categorías que componen las marchas procesionales en España son las Capillas Musicales ya que tienen la gran virtud de romper el silencio de una cofradía para darle aún más si cabe solemnidad al procesionar durante los cortejos más imponentes de la Semana Santa española.
Aunque hunde sus raíces en el canto gregoriano, es al principio del Renacimiento cuando empieza a tomar la forma que se asemeja al actual estilo por lo que podríamos decir que el padre fue Francisco de Paula Solís allá en el del siglo XVIII tras componer “Saetas del Silencio” para dos oboes y fagot.
No fue hasta 1918 cuando Vicente Gómez-Zarzuela Pérez evoluciona definitivamente este estilo tras las composición de los famosos Motetes “Al Santísimo Cristo de la Coronación”, instrumentados para cuarteto de viento madera evolucionando las mismas a un cuarteto formado por flauta travesera, oboe, clarinete y fagot.
Entre las composiciones más populares de este peculiar estilo musical destaca sin lugar a dudas la ya mencionada “Saetas del Silencio” seguidas de “Música de Capilla para el Misterio de la Sagrada Mortaja” de Paulina Ferrer Garrofé, “Música de Capilla para el Viernes Santo” de Martín Muñoz Zafra, “Atardecer Franciscano” de José Luis Expósito Polanco, “Ave María” de Francisco Jesús Flores Matute o “Christum Regem Crucifixum” de Roberto Domínguez Domínguez.
Poco a poco se ha ido enriquecido el repertorio de estas composiciones aportando obras que suenan en innumerables actos de muchas hermandades, no sólo procesiones, como en los viacrucis o meditaciones, como pueden ser tambíen “Noche de Lunes Santo” de Juan Manuel Marrero Domínguez, “Descanse en Paz” de Miguel Ángel Font Morgado, “Estampas de la Vera Cruz” de Antonio Escobar Perera o “Vera Cruz” de Antonio Pantión Pérez.
Aunque hunde sus raíces en el canto gregoriano, es al principio del Renacimiento cuando empieza a tomar la forma que se asemeja al actual estilo por lo que podríamos decir que el padre fue Francisco de Paula Solís allá en el del siglo XVIII tras componer “Saetas del Silencio” para dos oboes y fagot.
No fue hasta 1918 cuando Vicente Gómez-Zarzuela Pérez evoluciona definitivamente este estilo tras las composición de los famosos Motetes “Al Santísimo Cristo de la Coronación”, instrumentados para cuarteto de viento madera evolucionando las mismas a un cuarteto formado por flauta travesera, oboe, clarinete y fagot.
Entre las composiciones más populares de este peculiar estilo musical destaca sin lugar a dudas la ya mencionada “Saetas del Silencio” seguidas de “Música de Capilla para el Misterio de la Sagrada Mortaja” de Paulina Ferrer Garrofé, “Música de Capilla para el Viernes Santo” de Martín Muñoz Zafra, “Atardecer Franciscano” de José Luis Expósito Polanco, “Ave María” de Francisco Jesús Flores Matute o “Christum Regem Crucifixum” de Roberto Domínguez Domínguez.
Poco a poco se ha ido enriquecido el repertorio de estas composiciones aportando obras que suenan en innumerables actos de muchas hermandades, no sólo procesiones, como en los viacrucis o meditaciones, como pueden ser tambíen “Noche de Lunes Santo” de Juan Manuel Marrero Domínguez, “Descanse en Paz” de Miguel Ángel Font Morgado, “Estampas de la Vera Cruz” de Antonio Escobar Perera o “Vera Cruz” de Antonio Pantión Pérez.
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